lunes, 7 de mayo de 2012
G.E.A.S (Grupos de Especialistas en Actividades Subacuáticas)
Hablar de los GEAS es hablar de un puñado de buceadores que afrontan en su trabajo diario la tragedia que de cuando en cuando hace acto de presencia en las profundidades de nuestras costas, ríos, lagos o pantanos. Unos hombres capaces de realizar su trabajo en las peores condiciones de inmersión, mirando –literalmente- los ojos de la muerte sin perder la calma.
Por experiencia personal puedo decir que el buceo profesional puede ser uno de los trabajos más duros y exigentes al que alguien se puede enfrentar. Habitualmente este tipo de inmersiones se realiza en aguas frías, turbias, profundas, con corrientes -o incluso con todos estos factores reunidos en una misma inmersión-; entornos confinados, túneles, sifones, sin apenas visibilidad y a cientos de metros de la única salida a la superficie; en fondos desolados de pantanos o puertos, tapizados de todo tipo de desperdicios y productos contaminantes. No, el buceo profesional no es una actividad para cualquiera. Unamos a todo ello el hecho de sumergirse la mayor parte de las ocasiones para ir en busca de un cadáver, y tener que encontrarlo a tientas o tener que enfrentarse con su mirada vacía y expresión abotargada tras varios días en el fondo y tendremos una idea del ambiente de trabajo habitual de los GEAS.
Los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS) de la Guardia Civil, son unidades pequeñas, habitualmente de no más de una docena de miembros. Se trata de unidades de elite donde reina una inusual camaradería, fruto de las innumerables inmersiones de entrenamiento y de las misiones en las que casi todos los componentes han tenido ocasión de ayudar o ser ayudados por sus camaradas en situaciones altamente comprometidas.
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